Dos delegados del Observatorio viajaron a Diyarbakir el miércoles 5 de julio para observar la séptima vista del proceso penal que se adelanta tras el asesinato de Tahir Elçi, ex decano del Colegio de Abogados de Diyarbakir.
La vista se celebró en una sala atestada, en presencia de una veintena de colegios de abogados turcos, representantes de la Unión de Colegios de Abogados de Turquía, representantes de la delegación de la Unión Europea en Ankara, observadores internacionales y agentes de policía, tres de los cuales participaron por videoconferencia desde las ciudades donde continúan prestando servicio.
La vista comenzó con la intervención de un nuevo testigo, un empleado de un restaurante cercano al lugar del tiroteo. En el momento del tiroteo, el testigo se encontraba dentro del restaurante y no vio nada de la escena. Por lo tanto, esta comparecencia no aportó nada nuevo. A continuación, subieron al estrado varios abogados en representación de sus respectivos Colegios de Abogados (Unión de Colegios de Abogados de Turquía, Colegio de Abogados de Diyarbakir, Colegio de Abogados de Muş) y de la familia Elçi.
Los abogados condenaron unánimemente el proceso, que se prolonga desde hace 8 años, y la falta de avances en el esclarecimiento de las circunstancias de la muerte de Tahir Elçi. De hecho, siguen faltando pruebas que paralizan y estancan elproceso, como por ejemplo el informe de la agencia responsable de la investigación científica (TÜBITAK), que nunca se ha llegado a hacer público. Tampoco se ha escuchado aún a los miembros de los servicios de inteligencia que persiguieron a los guerrilleros, a pesar de las reiteradas peticiones del colegio de abogados.
Los abogados también están asombrados de que un testigo se suicidara el mismo día en que los forenses llegaron a la escena del crimen en marzo de 2016, y denuncian la ausencia de una investigación seria, fiable ni objetiva.
Por todo ello se mostraron críticos contra el Fiscal, que se mantuvo estoico durante todo el alegato, pero también contra el propio Tribunal por su inacción.
A pesar de los reiterados llamamientos para que avance la investigación y se haga justicia, hay que señalar que no se produjo ningún avance desde la última vista.
Al término de los alegatos de los abogados y de la declaración escueta e inaudible del Fiscal, el Tribunal desestimó todas las pretensiones de las partes.
Se fijó una nueva vista para el 29 de noviembre, sin comprender realmente su utilidad, dado que los hechos y las responsabilidades no pueden establecerse por falta de pruebas. En el público de la sala, la decisión del Tribunal era ampliamente esperada, ya que las personas con las que pudieron hablar los observadores coincidían en que no había sorpresas. Así pues, la frustración se mezcló con una forma de impotencia ante la impunidad reinante, a pesar del vigor y la movilización de un gran número de abogados presentes.